Words to Eric Freund on the Occasion of his Bar Mitzvah
Claudio Kahn, Jewish Community President during some of the toughest years in El Salvador, shared some words with Eric about the community, the Freund family, and being Jewish in El Salvador.
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Por Claudio Kahn
Querido Eric:
Mi esposa me dijo que no comprendía como siendo yo tan refunfuñón, me hubieran pedido tus padres dirigirme a ti, en este día, hasta la fecha, el más importante de tu vida.
Gracias, Eric, estoy muy emocionado, es para mí un honor poder participar de esta celebración.
Me pregunto si serán estos tiempos modernos o será que estamos creciendo; pero el tiempo vuela a la velocidad de la luz...He aquí que llegando el día de tu Bar Mitzva, tú representas la cuarta generación de tu familia en El Salvador, lo cual significa una gran responsabilidad para ti, el continuar con las tradiciones y practicar los valores inculcados por tus mayores.
Eric: habrás oído contar muchas veces cómo tu bisabuelo, Max Freund, junto con otros judíos comenzaron a reunirse en su casa para rezar en Shabat y otras fiestas, habiendo sido tu abuelo Ernesto, el primer Bar Mitzva de esa época.
Tu bisabuela, doña Herta Freund fue una señora muy comprometida con todas las actividades de la Comunidad , facilitando su casa, hasta que finalmente se pudo construir la primera Sinagoga en la 23 Avenida cerca del centro de la ciudad.
Ernesto, tu abuelo, se enamoró de una Brasilera que le presentaron, Lea, y juntos formaron el pequeño Clan Freund con cuatro hijos varones, de donde sale tu papá Eduardo. Lea ha sido incansable para fomentar y conservar las tradiciones judaicas. Nosotros con María celebramos el Seder en dos ocasiones junto a tu familia, en su departamento de Miami, cuando por circunstancias de guerra y ante la inseguridad y el peligro, muchas familias de nuestra Comunidad tuvieron que emigrar a otros países.
Ernesto y Lea tenían que poner a estudiar y sacar adelante sus cuatro muchachos, pero ellos siempre estuvieron ligados muy de cerca con nuestra Comunidad.
Traigo a cuenta, aquí, una pequeña anécdota: La antigua Sinagoga se estaba alquilando a la Universidad Evangélica y quedaba en el Templo la Bimá que era una roca sólida de mármol... ¿Qué hacer?
Inmediatamente a consultar con los Freund en Miami y todos angustiados a consultar con el Rabino Granat que se había trasladado a la Comunidad Kol Shearit de Panamá.
Lo que el rabino nos dijo nos quitó un peso de encima:
“Mientras estemos todos juntos rezando, la Bimá tiene un significado pero al no haber nadie de la Comunidad es solamente una piedra”
Estudiando en los Estados Unidos, Eduardo, tu papá, conoció a Sylvia, tu mamá. Ellos se casaron en la Sinagoga Emanuel de Miami Beach. Nosotros estuvimos presentes y viene a mi memoria el recuerdo de ese lindo Templo y el desfile de familia que procedió al de los novios; y vemos a tu bisabuela, la querida Tía Fanny, nuestra querida Tía Fanny, desfilando divertida y sonriente del brazo de William, tu tío.
Siguiendo con la historia y calmándose la situación social en el país, muchas familias regresaron, en cuenta tus padres y abuelos. Y aquí tenemos a tu mamá Sylvia, criando una marimbita de niños, siendo tú el pequeñito.
Es así como hemos conocido a tu abuelo Josué y a tu abuela Reina, quien ha venido de visita muchas veces para estar con sus hijos y nietos en la compañía de tu abuela Riva, una adorable y sonriente señora hablando yidish. La recordamos en pago-pago, la primera casa del lago de tus abuelos, posesionada cuidando a la “tiernita chelita” que era tu hermana Ariella...
Como ves, Eric tienes mucha suerte de tener una familia muy hermosa y numerosa, muchos de ellos primos y tíos se encuentran hoy aquí para acompañarte en la celebración de tu Bar Mitzva; junto a tus padres, abuelos, y tus hermanas, Michelle y Ariella; sin olvidar a tus amigos, tus grandes amigos. Por cierto estamos muy complacidos de tener con nosotros después de muchos años, a tu tío Roberto y a su familia.
Nosotros, hemos estado algunas veces para el Shabat en casa de Ernesto y Lea y hemos podido constatar la unión familiar y la alegría de esas reuniones. A los jóvenes les parece todo natural, pero quiero hacer énfasis en el “Trabajo de Hormiga” de la madre y de la abuela judías ya que hay que comprar lo necesario, preparar los platillos, tender manteles y pulir candelabros para que la cena sea perfecta; y aunque sea un gusto para la abuela tener reunida a toda la familia, hay que saber apreciar ese trabajo que sirve para conservar nuestras tradiciones.
Tenemos nosotros, los hombres y mujeres de esta Comunidad, una gran responsabilidad en la conducción de nuestros hijos para la continuidad del judaísmo que profesamos; todo lo cual habrá de tocarte también a ti, querido Eric, a su debido tiempo.
Me siento muy feliz de tener un alumno para tocar el shofar, sigue adelante Eric y gracias de nuevo por el honor conferido ...
Quiera Adonai, nuestro Dios, bendecirte y conducirte por los caminos del bien y del éxito en todo lo que tú te propongas.
Mi cariño grande para ti.
En nombre de nuestra Comunidad te quiero entregar este recuerdo del día de tu Bar Mitzva.
Nota del Editor: El Sr. Claudio Kahn pronuncio estas palabras el sabado 25 de Noviembre con motivo del Bar Mitzva de Eric Freund. Agradecemos al Sr. Kahn el habernos provisto del texto completo de su discurso.